Determinadas enfermedades gastrointestinales pueden evitarse si se siguen tratamientos dietéticos adecuados.
Existe una estrecha relación entre la aparición de síntomas digestivos y la ingestión de diversos alimentos, por lo que se propone evitar aquellos que desencadenen los síntomas digestivos y aprovechar la propiedad terapéutica de algunos nutrientes. A continuación presentamos algunas recomendaciones.
Los pacientes con colitis ulcerativa crónica inespecífica aguda (CUCI) deben reducir considerablemente los condimentos, picantes, la fibra vegetal y la lactosa en el período agudo de recaída. Cuando los enfermos presentan deficiencia de lactasa (intolerancia a la lactosa) debe suprimirse la leche entera y sustituirla por leche deslactosada o de soya.
Aquellos con enfermedad celíaca la cual causa diarrea crónica y desnutrición, deben suprimir los alimentos que contengan gluten, este compuesto alimenticio forma parte del trigo, el centeno, la avena, la cebada y los embutidos.
Los aquejados con síndrome de intestino irritable o colon irritable con diarrea, deben recibir dietas astringentes con arroz, alimentos preparados con harina de trigo, carne y vegetales con contenido bajo en fibra; pero si al contrario el componente predominante es la constipación se recomienda aumentar la fibra vegetal con frutas, verduras, legumbres, cereales de cebada, centeno y fibra de salvado natural.
Los pacientes con úlceras gástricas, gastritis aguda por analgésicos y exceso de café deben suspender la ingestión de alcohol, el consumo de tabaco y café, evitar las frutas cítricas, los picantes, los condimentos y las comidas grasosas.
Algunas recomendaciones para pacientes con reflujo gastroesofágico son: evitar la ingestión de alimentos como el café, el chocolate y el té así como el consumo de tabaco, ya que relajan el esfínter esofágico inferior; los alimentos grasosos, pues favorecen el reflujo; las comidas copiosas y las bebidas carbonatadas.